miércoles

COMO SER JEFE Y NO PARECERLO.

¡PARECE SER USTED EL JEFE!

¿O… ES USTED EL JEFE?
Cuando se analiza las características, comportamientos y actitudes de quienes tienen la responsabilidad de dirigir personas o gestionar equipos, observamos que son jefes, quienes se sienten jefes, quienes asumen el compromiso de conseguir objetivos beneficiosos para la empresa y para sus colaboradores.




La sociedad de la imagen, en la que vivimos inmersos, distorsiona la realidad de quien manda en una organización, de tal manera, que la apariencia de ser el jefe puede generar un beneficio a quienes estando en puestos de dirección, no ejercen como verdaderos jefes, y sí actúan como verdaderos actores.


La acomodación a un puesto directivo utilizando todo tipo de artimañas para asegurar la continuidad en dicho puesto, y su correspondiente buen sueldo, es el objetivo y el beneficio, de quienes quisieran que el mundo empresarial no girara, ni cambiara de temperatura, ni sufrieran movimientos sísmicos los mercados. No obstante la vida continua, y cambia continuamente, ofreciendo oportunidades de mejora empresarial, de retos organizativos, de rendimientos colectivos.


Cambios a tal velocidad que no permite cambiar de máscara y actuar en la siguiente escena. Debido a ello queda fuera de escena, muchos directivos que se autoproclaman jefes, avalados por la placa identificatoria de su despacho, y no por la valoración y aceptación de sus colaboradores, quienes lo hacen responsable del mal clima laboral, de la desmotivación generaliza en la empresa, del elevado índice de ausentismo y de los negativos resultados económicos.

Quien considere que actúa bajo el criterio de la apariencia de "ser el jefe", debe reflexionar sobre los grandes y graves perjuicios que está causando a la empresa en la que ostenta el cargo de director, gerente... debe reflexionar sobre su trayectoria profesional, su desarrollo personal y profesional en los últimos meses.



Es muy útil que cuente con el asesoramiento de un coach empresarial, quien lo ayudará a mirarse y a escucharse asimismo, observando su proceder profesional desde otra perspectiva, alejado de la vorágine, del mundo laboral, y empresarial.


El coach o asesor personal, lo ayudará a disminuir sus miedos profesionales; a dejar de aparentar ser valiente y mejorar su rendimiento profesional bajo una óptica de transparencia.


Aprenderá a dirigir con inteligencia emocional, gestionando sus emociones y las de sus colaboradores; fomentando las actitudes y comportamientos productivos y saludables, para la organización y para los trabajadores.


Para ello debe de contar con la colaboración y el apoyo de uno o varios colaboradores, sinceros y honestos y que no formen parte de la escenificación que usted mismo creo, con un reparto de actores injusto, que no responde a la realidad organizacional.


Probablemente obtenga una importante orientación de ese colaborador que no se destaca, y que catalogara de problemático, y que incluso marginó, por ser un empleado crítico. Por ello, el primer paso que debe dar para sentirse "jefe", es querer reaprender a dirigir, dejando de ser actor "de ficción", y actuando con la intencionalidad de servir a sus empleados, optimizando el rendimiento de la empresa y mejorando la calidad de vida laboral.


Una vez que esté integrado al club de los jefes auténticos, será reconocido por todos los clientes: internos y externos, de la empresa, debiendo decidir si quiere ser un jefe normal, un buen jefe, o un excelente jefe; todo dependerá de su grado de compromiso con los objetivos de la empresa y de los empleados.


Si ha decidido convertirse en un jefe excelente tiene que trabajar con inteligencia práctica, transformando los conceptos de excelencia profesional y empresarial, en acciones tangibles en el día a día de la dirección de sus equipos o grupod de trabajo y de la gestión de la empresa.


Cada acción de mejora del rendimiento organizacional, incrementará la cultura de la excelencia laboral, de la innovación organizativa, de la cultura de prevención de problemas interpersonales en la empresa. Hay profesionales, que por sus actitudes y aptitudes naturales son considerados auténticos jefes, pero incluso, estos jefes especiales necesitan estar rodeado de un equipo excelente, que retroalimente continuamente su comportamiento y acciones.


El equipo que colabore directamente con el jefe, servirá para poder evaluar su nivel profesional de compromiso gerencial, de gestor de equipos, sin olvidarnos que también nos va a servir este análisis para diagnosticar si el jefe con intencionalidad de mejora en la vertiente empresarial y humana, se encuentra rodeado de un equipo de colaboradores mediocres. En estos casos, el directivo debe obtener apoyo externo de profesionales que le ayuden a iniciar un proceso continuo de mejora corporativa.


Este proceso nace con la transparencia de quien quiere ser un jefe excelente, comunicando a cada colaborador el proceso de mejora que ha iniciado en la empresa, proponiéndole que participe y colabore en este cambio que redundará en la optimización de los resultados organizacionales y empresariales.



¿Para quién es rentable "aparentar ser el jefe"? La respuesta es: para quien lo aparenta ser.
Y…¿A quién perjudica tal apariencia? A la empresa en su conjunto, a todos los actores que participan en la generación y optimización de la productividad de una organización.
 

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